Es un secreto a voces que muchos bancos obligan a sus clientes a contratar sus seguros de hogar y de vida para que estos puedan conseguir una hipoteca con un buen interés. De este modo, se aseguran de mantenerlos ligados durante varias décadas y ganan, de paso, un buen dinero al año.
La nueva ley hipotecaria establece que el banco podrá exigir “la suscripción de una póliza de seguro en garantía del cumplimiento de las obligaciones del contrato de préstamo, así como la suscripción de un seguro de daños respecto del inmueble objeto de la hipoteca”. Dicho de otro modo, podrá obligar al cliente a firmar un seguro de hogar y uno de vida y/o de protección de pagos, aunque la misma normativa obliga al banco a aceptar pólizas alternativas de cualquier otro proveedor de seguros. Y todavía hay más, ya que si el cliente finalmente contrata el seguro con otra compañía, eso “no podrá suponer empeoramiento en las condiciones de cualquier naturaleza del préstamo”. Dicho de otro modo, la entidad no podrá subirnos el interés si elegimos a una aseguradora que no trabaje con ella.
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