Los ataques por ransomware o los de denegación de servicio distribuido (DDoS) se convirtieron en los protagonistas de 2021 y continuarán al acecho de las empresas en 2022. Ante esta realidad, además de la transferencia del riesgo, las empresas deben tener muy presente la importancia que cobra la preparación, tanto de las estructuras tecnológicas como de los propios empleados, ya que las organizaciones con más conocimiento en ciberseguridad y mejores estructuras tienen una mayor capacidad de frenar un ataque de esta magnitud o de recuperarse más rápidamente de uno. Así lo aconseja Hiscox, que ha recopilado las principales estrategias y tendencias para ayudar a las empresas a hacer frente a las amenazas cibernéticas más importantes de 2022.
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