Los productos financieros tributan en el IRPF en la base del ahorro -a un tipo marginal que oscila, como acabamos de ver, entre el 19 y el 28%- como rendimientos de capital mobiliario o como ganancias o pérdidas patrimoniales. Los únicos que tributan en la base general, como si fueran rentas del trabajo, son aquellos productos que están relacionados con la jubilación, como los planes de pensiones, los planes de previsión asegurados (PPA), seguros de dependencia y algunos seguros colectivos.
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